"Si hubiera estado presente en la Creación, habría dado algunas indicaciones útiles."
Alfonso X El Sabio
De la Creación Según Gustavo Adolfo Becquer
Extractode "La Creación: Poema Indio"
...Oíd la historia de la creación tal como fue revelada a un piadoso brahmín, después de pasar tres meses en ayunas, inmóvil en la contemplación de sí mismo y con los índices levantados hacia el firmamento...
XII
Inclinado sobre el abismo sin fondo, el creador les seguía con una mirada satisfecha, y aquellos mundos luminosos y perfectos, poblados de seres felices y hermosísimos sobre toda ponderación,que son esos astros que, semejantes a los soles, vemos aún en las noches serenas, entonaban un himno de alegría a su dios, girando sobre sus ejes de diamante y oro con una cadencia majestuosa y solemne.
Los pequeñuelos gandharvas, sin atreverse ni aun a respirar, se miraban espantados entre sí, llenos de estupor y miedo ante aquel espectáculo grandioso.
XIII
Cansóse Brahma de hacer experimentos y, abandonando el laboratorio no sin haberle echado, al salir, la llave, y guardándola en el bolsillo, tornó a montar sobre su cisne con objeto de tomar el aire. Pero, ¡cuál no sería su preocupación cuando él, que todo lo ve y todo lo sabe, no advirtió que,abstraído en sus ideas, había echado la llave en falso! No le pasó lo mismo a la inquieta turba de rapaces que advirtiendo el descuido, le siguieron a larga distancia con la vista y, cuando se creyeron solos, uno empuja poquito a poco la puerta, éste asoma la cabeza, aquél adelanta un pie,acabaron por invadir el laboratorio, tardando muy poco en encontrarse en él como en su casa.
XIV
Pintar la escena que entonces se verificó en aquel recinto sería imposible.
Primeramente examinaron todos los objetos con el mayor asombro; luego se atrevieron a tocarlos, y al fin terminaron por no dejar títere con cabeza. Echaron pergaminos en la lumbre para que sirvieran de pasto a las llamas; destaparon las redomas, no sin quebrar algunas; removieron las vasijas, derramando su contenido, y después de oler, probar y revolverlo todo, los unos se colgaron de los soles y estrellas aún no concluidos y pendientes de las bóvedas para secarse; los otros se subían por las osamentas de los gigantescos animales cuyas formas no habían agradado al señor. Y arrancaron las hojas de los libros para hacer mitras de papel, y se colocaron los compases entre las piernas a guisa de caballo, y rompieron las varas de virtudes misteriosas, alanceándose con ellas.
Por último, cansados de enredar, decidieron hacer un mundo tal y como lo habían visto hacer.
XV
Aquí comenzó el gran bullicio, la confusión y las carcajadas. La marmita estaba candente. Llegó el uno, vertió un líquido en ella y se levantó una columna de humo. Luego vino otro, arrojó sobre aquel un elixir misterioso que contenía una redoma, con la que llegó casi sin aliento hasta el borde del receptáculo: tan grande era la vasija y tan rapazuelo su conductor. A cada nuevo ingrediente que arrojaban en la marmita se elevaban de su fondo llamaradas azules y rojas, que saludaba la alegre muchedumbre con gritos de júbilo y risotadas interminables.
XVI
Allí mezclaron y confundieron todos los elementos del bien y del mal, el dolor y la alegría, la fealdad y la hermosura, la abnegación y el egoísmo, los gérmenes del hielo destinados a mundos hechos de manera que el frío causase una fruición deleitosa en sus habitadores y los del calor compuestos para globos cuyos seres se habían de gozar en las llamas, y revolvieron los principios de la divinidad, el espíritu con la grosera materia, la arcilla y el fango, confundiendo en un mismo brebaje la impotencia y los deseos, la grandeza y la pequeñez la vida y la muerte.
Aquellos elementos tan contrarios rabiaban al verse juntos en el fondo de la marmita
XVII
Hecha la operación, uno de ellos se arrancó una pluma de las alas, le cortó las barbas con los dientes y, mojando lo restante en el líquido, fue a inclinarse sobre el abismo sin fondo, y sopló, y apareció un mundo. Un mundo deforme, raquítico, oscuro, aplastado por los polos, que volteaba de medio ganchete, con montañas de nieve y arenales encendidos, con fuego en las entrañas y océanos en la superficie, con una humanidad frágil y presuntuosa, con aspiraciones de dios y flaquezas de barro. El principio de muerte, destruyendo cuanto existe, y el principio de vida, con conatos de eternidad, reconstruyéndolo con sus mismos despojos: un mundo disparatado, absurdo,inconcebible, nuestro mundo en fin.
Los chiquillos que lo habían formado, al mirarle rodar en el vacío de un modo tan grotesco, le saludaron con una inmensa carcajada, que resonó en los ocho círculos del Edén.
XVIII
Brahma, al escuchar aquel ruido, volvió en sí y vio cuanto pasaba, y lo comprendió todo. La
indignación llameó en sus pupilas. Su airado acento atronó el cielo y amedrentó a la turba de muchachos, que huyó sobrecogida y dispersa a puntapiés; y ya tenía levantada la mano sobre aquella deforme creación para destruirla, ya el solo amago había producido en ella esa gran catástrofe que aún recordamos con el nombre del Diluvio, cuando uno de los garzdharvas, el más travieso, pero el más mono, se arrojó a sus plantas, diciendo entre sollozos:
-¡Señor, señor, no nos rompas nuestro juguete!
XIX
Brahma es grave, porque es dios y, sin embargo, tuvo que hacer un grande esfuerzo al oír estas palabras para no dejar reventar la risa que le retozaba en los ojos. Al cabo, reponiéndose, exclamó:
-¡Id, turba desalmada e incorregible! Marchaos donde no os vea más con vuestra deforme criatura. Ese mundo no debe, no puede existir, porque en él hasta los átomos pelean con los átomos; pero marchad, os repito. Mi esperanza es que en poder vuestro no durará mucho.
Dijo Brahma, y los chiquillos, dándose empellones y riéndose descompensadamente y arrojando gritos descomunales, se lanzaron en pos de nuestro globo, y éste le da por aquí, el otro le hurga por allá... Desde entonces ruedan con él por el cielo para asombro de los otros mundos y desesperación de sus habitantes.
Por fortuna nuestra, Brahma lo dijo y sucederá así. Nada hay más delicado ni más temible que las manos de los chiquillos; en ellas, el juguete no puede durar mucho.
Inclinado sobre el abismo sin fondo, el creador les seguía con una mirada satisfecha, y aquellos mundos luminosos y perfectos, poblados de seres felices y hermosísimos sobre toda ponderación,que son esos astros que, semejantes a los soles, vemos aún en las noches serenas, entonaban un himno de alegría a su dios, girando sobre sus ejes de diamante y oro con una cadencia majestuosa y solemne.
Los pequeñuelos gandharvas, sin atreverse ni aun a respirar, se miraban espantados entre sí, llenos de estupor y miedo ante aquel espectáculo grandioso.
XIII
Cansóse Brahma de hacer experimentos y, abandonando el laboratorio no sin haberle echado, al salir, la llave, y guardándola en el bolsillo, tornó a montar sobre su cisne con objeto de tomar el aire. Pero, ¡cuál no sería su preocupación cuando él, que todo lo ve y todo lo sabe, no advirtió que,abstraído en sus ideas, había echado la llave en falso! No le pasó lo mismo a la inquieta turba de rapaces que advirtiendo el descuido, le siguieron a larga distancia con la vista y, cuando se creyeron solos, uno empuja poquito a poco la puerta, éste asoma la cabeza, aquél adelanta un pie,acabaron por invadir el laboratorio, tardando muy poco en encontrarse en él como en su casa.
XIV
Pintar la escena que entonces se verificó en aquel recinto sería imposible.
Primeramente examinaron todos los objetos con el mayor asombro; luego se atrevieron a tocarlos, y al fin terminaron por no dejar títere con cabeza. Echaron pergaminos en la lumbre para que sirvieran de pasto a las llamas; destaparon las redomas, no sin quebrar algunas; removieron las vasijas, derramando su contenido, y después de oler, probar y revolverlo todo, los unos se colgaron de los soles y estrellas aún no concluidos y pendientes de las bóvedas para secarse; los otros se subían por las osamentas de los gigantescos animales cuyas formas no habían agradado al señor. Y arrancaron las hojas de los libros para hacer mitras de papel, y se colocaron los compases entre las piernas a guisa de caballo, y rompieron las varas de virtudes misteriosas, alanceándose con ellas.
Por último, cansados de enredar, decidieron hacer un mundo tal y como lo habían visto hacer.
XV
Aquí comenzó el gran bullicio, la confusión y las carcajadas. La marmita estaba candente. Llegó el uno, vertió un líquido en ella y se levantó una columna de humo. Luego vino otro, arrojó sobre aquel un elixir misterioso que contenía una redoma, con la que llegó casi sin aliento hasta el borde del receptáculo: tan grande era la vasija y tan rapazuelo su conductor. A cada nuevo ingrediente que arrojaban en la marmita se elevaban de su fondo llamaradas azules y rojas, que saludaba la alegre muchedumbre con gritos de júbilo y risotadas interminables.
XVI
Allí mezclaron y confundieron todos los elementos del bien y del mal, el dolor y la alegría, la fealdad y la hermosura, la abnegación y el egoísmo, los gérmenes del hielo destinados a mundos hechos de manera que el frío causase una fruición deleitosa en sus habitadores y los del calor compuestos para globos cuyos seres se habían de gozar en las llamas, y revolvieron los principios de la divinidad, el espíritu con la grosera materia, la arcilla y el fango, confundiendo en un mismo brebaje la impotencia y los deseos, la grandeza y la pequeñez la vida y la muerte.
Aquellos elementos tan contrarios rabiaban al verse juntos en el fondo de la marmita
XVII
Hecha la operación, uno de ellos se arrancó una pluma de las alas, le cortó las barbas con los dientes y, mojando lo restante en el líquido, fue a inclinarse sobre el abismo sin fondo, y sopló, y apareció un mundo. Un mundo deforme, raquítico, oscuro, aplastado por los polos, que volteaba de medio ganchete, con montañas de nieve y arenales encendidos, con fuego en las entrañas y océanos en la superficie, con una humanidad frágil y presuntuosa, con aspiraciones de dios y flaquezas de barro. El principio de muerte, destruyendo cuanto existe, y el principio de vida, con conatos de eternidad, reconstruyéndolo con sus mismos despojos: un mundo disparatado, absurdo,inconcebible, nuestro mundo en fin.
Los chiquillos que lo habían formado, al mirarle rodar en el vacío de un modo tan grotesco, le saludaron con una inmensa carcajada, que resonó en los ocho círculos del Edén.
XVIII
Brahma, al escuchar aquel ruido, volvió en sí y vio cuanto pasaba, y lo comprendió todo. La
indignación llameó en sus pupilas. Su airado acento atronó el cielo y amedrentó a la turba de muchachos, que huyó sobrecogida y dispersa a puntapiés; y ya tenía levantada la mano sobre aquella deforme creación para destruirla, ya el solo amago había producido en ella esa gran catástrofe que aún recordamos con el nombre del Diluvio, cuando uno de los garzdharvas, el más travieso, pero el más mono, se arrojó a sus plantas, diciendo entre sollozos:
-¡Señor, señor, no nos rompas nuestro juguete!
XIX
Brahma es grave, porque es dios y, sin embargo, tuvo que hacer un grande esfuerzo al oír estas palabras para no dejar reventar la risa que le retozaba en los ojos. Al cabo, reponiéndose, exclamó:
-¡Id, turba desalmada e incorregible! Marchaos donde no os vea más con vuestra deforme criatura. Ese mundo no debe, no puede existir, porque en él hasta los átomos pelean con los átomos; pero marchad, os repito. Mi esperanza es que en poder vuestro no durará mucho.
Dijo Brahma, y los chiquillos, dándose empellones y riéndose descompensadamente y arrojando gritos descomunales, se lanzaron en pos de nuestro globo, y éste le da por aquí, el otro le hurga por allá... Desde entonces ruedan con él por el cielo para asombro de los otros mundos y desesperación de sus habitantes.
Por fortuna nuestra, Brahma lo dijo y sucederá así. Nada hay más delicado ni más temible que las manos de los chiquillos; en ellas, el juguete no puede durar mucho.
De los Días Quinto y Sexto de la Creación
Los días Quintos y Sexto de la Creación cuenta la creación de todos los animales y el hombre. Otra vez los Arcángeles narran la creación pero esta vez Haydn tiene más recursos musicales, pues imita con su música el canto de pájaros, el rugir del tigre y otras onomatopeyas.SEGUNDA PARTE
DÍA QUINTO
14. Recitativo
GABRIEL
Y dijo Dios: ¡Que las aguas se pueblen
de innumerables criaturas y las aves
vuelen libremente en el firmamento sobre
la tierra!
de innumerables criaturas y las aves
vuelen libremente en el firmamento sobre
la tierra!
De esta manera comienza la segunda parte que continua con un Aria sobre la creación de las aves, presten atención a la flauta que imita a las aves.
15. Arie GABRIEL Auf starkem Fittiche schwinget sich der Adler stolz und teilet die Luft in schnellstem Fluge zur Sonne hin. Den Morgen grüßt der Lerche frohes Lied; und Liebe girrt das zarte Taubenpaar. Aus jedem Busch und Hain erschallt der Nachtigallen süße Kehle. Noch drückte Gram nicht ihre Brust, noch war zur Klage nicht gestimmt ihr reizender Gesang. | 15. Aria GABRIEL Con sus potentes alas el águila orgullosa se remonta y corta el aire en su veloz vuelo hacia el sol. El canto alegre de la alondra saluda a la mañana y una tierna collera de palomas se arrulla suavemente. El dulce gorjeo del ruiseñor resuena en cada rama, en cada arbusto. Ninguna pena oprimía aún su corazón, ninguna nota de tristeza oscurecía su canto seductor. |
El oratorio continúa con el siguiente recitativo.
16. Recitativo
RAFAEL
Y Dios creó a los grandes cetáceos y a
todas las criaturas de las aguas y los aires.
y los bendijo Dios diciendo:
¡Sed fecundos y multiplicaos!
¡Pobladores de los cielos,
creced y cantad en todas las ramas!
¡Creced, habitantes de las aguas,
y colmad los húmedos océanos!
¡Sed fecundos, creced y multiplicaos!
¡Alegraos en Dios vuestro Señor!
todas las criaturas de las aguas y los aires.
y los bendijo Dios diciendo:
¡Sed fecundos y multiplicaos!
¡Pobladores de los cielos,
creced y cantad en todas las ramas!
¡Creced, habitantes de las aguas,
y colmad los húmedos océanos!
¡Sed fecundos, creced y multiplicaos!
¡Alegraos en Dios vuestro Señor!
17. Recitativo
RAFAEL
Y los ángeles tañeron las cuerdas de sus
arpas loando las maravillas del día quinto.
arpas loando las maravillas del día quinto.
Culmina el Quinto día de la Creación y los Arcangeles hablan de las maravillas creadas terminando en un conjunto vocal de gran potencia entre los solistas y el coro.
18. Terzett GABRIEL In holder Anmut stehn, mit jungem Grün geschmückt, die wogigten Hügel da. Aus ihren Adern quillt, in fließendem Kristall, der kühlende Bach hervor. | 18. Trío GABRIEL Las onduladas colinas aparecen cubiertas de un fresco manto verde. De sus venas manan, como en veneros de límpido cristal, los refrescantes arroyos. |
URIEL In frohen Kreisen schwebt, sich wiegend in der Luft, der munteren Vögel Schar. Den bunten Federglanz erhöht im Wechselflug das goldene Sonnenlicht. | URIEL Las gozosas bandadas de pájaros se agitan en los aires girando alegremente; sus plumas irisadas aparecen en todo su esplendor bajo los radiantes rayos solares. |
RAPHAEL Das helle Naß durchblitzt der Fisch und windet sich in stetem Gewühl umher. Vom tiefsten Meeresgrund wälzet sich Leviathan auf schäumender Well' empor. | RAFAEL En las aguas cristalinas, los peces nadan y se arremolinan en bancos bulliciosos. Desde lo más profundo del océano, mecido por las espumosas olas, Leviatán se incorpora |
GABRIEL, URIEL, RAPHAEL Wie viel sind deiner Werk', o Gott! Wer fasset ihre Zahl? Wer, o Gott! Wer fasset ihre Zahl? | GABRIEL, URIEL, RAFAEL ¡Qué numerosas son tus obras, oh Dios! ¿Quién las podría contar? ¡Quién, oh Dios! ¿Quién las podría contar? |
19 Terzett und Chor TERZETT UND CHOR Der Herr ist groß in seiner Macht, und ewig bleibt sein Ruhm. | 19 Trío y Coro CORO Y SOLISTAS El Señor es grande en su poder y su gloria es eterna. |
Dia Sexto la Creación del Hombre
DÍA SEXTO
20. Recitativo
RAFAEL
Y dijo Dios: ¡Que la tierra se pueble de
seres animados según sus especie, ganados,
reptiles y bestias de cada raza!
seres animados según sus especie, ganados,
reptiles y bestias de cada raza!
21. Recitativo
RAFAEL
Se abrieron entonces las entrañas de la tierra
y surgieron, según la palabra divina,
criaturas de toda especie,
en todo su esplendor y sin número.
El león rugió satisfecho.
Saltó rampante el ágil tigre.
El veloz ciervo levantó su frente astada.
El noble caballo, impetuoso y valiente,
relinchó con las crines al viento.
En los verdes prados, agrupados en rebaños,
los bueyes pacen.
Los prados se pueblan
de lanudas ovejas que van y vienen.
La multitud de insectos
se esparcen como polvo
en vertiginoso torbellino.
En largas hileras avanzan
sobre el suelo los reptiles.
y surgieron, según la palabra divina,
criaturas de toda especie,
en todo su esplendor y sin número.
El león rugió satisfecho.
Saltó rampante el ágil tigre.
El veloz ciervo levantó su frente astada.
El noble caballo, impetuoso y valiente,
relinchó con las crines al viento.
En los verdes prados, agrupados en rebaños,
los bueyes pacen.
Los prados se pueblan
de lanudas ovejas que van y vienen.
La multitud de insectos
se esparcen como polvo
en vertiginoso torbellino.
En largas hileras avanzan
sobre el suelo los reptiles.
En el video a continuación aparecen 2 arias la de Rafael que sigue a este recitativo y la de Uriel que habla de las cualidades del Hombre recién creado salteandose el recitativo que anuncia la creación del hombre.
El aria «Brilla el cielo en todo su esplendor» obliga a una interpretación seria, pero Haydn bromea en las palabras «el peso de los animales oprime el suelo» haciendo sonar el contrafagot con un sonido bajo y amenazador. Al final del aria. Rafael advierte que la creación no está acabada, pues falta el ser viviente capaz de conocer la obra divina y loar su grandeza.
22. Arie RAPHAEL Nun scheint in vollem Glanze der Himmel, nun prangt in ihrem Schmucke die Erde. Die Luft erfüllt das leichte Gefieder, die Wasser schwellt der Fische Gewimmel. Den Boden drückt der Tiere Last. Doch war noch alles nicht vollbracht: Dem Ganzen fehlte das Geschöpf, das Gottes Werke dankbar seh'n, des Herren Güte preisen soll. | 22. Aria RAFAEL Brilla ahora el cielo en todo su esplendor, refulge la tierra en su magnificencia. Las aves llenan el aire con etéreo plumaje, las agua se pueblan de miríadas de peces, la tierra cede bajo el peso de las bestias. Pero no estaba aún completa la obra, faltaba en la creación una criatura que con gratitud admirase la obra de Dios y cantase los dones del Señor. |
23. Rezitativ URIEL Und Gott schuf den Menschen nach seinem Ebenbilde. Nach dem Ebenbilde Gottes schuf er ihn. Mann und Weib erschuf er sie. Den Atem des Lebens hauchte er in sein Angesicht, und der Mensch wurde zur lebendigen Seele. | 23. Recitativo URIEL Y creó Dios al hombre a imagen Suya, y lo creó a imagen de Dios. Lo creó hombre y mujer. Le insufló el aliento de la vida y el hombre se convirtió en criatura viviente. |
24. Arie URIEL Mit Würd' und Hoheit angetan, mit Schönheit Stärk' und Mut begabt, gen Himmel aufgerichtet, steht der Mensch, ein Mann und König der Natur. Die breit gewölbt' erhabne Stirn, verkünd't der Weisheit tiefen Sinn, und aus dem hellen Blicke strahlt der Geist, des Schöpfers Hauch und Ebenbild. An seinen Busen schmieget sich, für ihn, aus ihm geformt, die Gattin, hold und anmutsvoll. In froher Unschuld lächelt sie, des Frühlings reizend Bild, ihm Liebe, Glück und Wonne zu. | 24. Aria URIEL Lleno de nobleza y dignidad, dotado de belleza, fuerza y coraje, erguido ante el cielo, se alza el hombre, señor y rey de la naturaleza. Su frente amplia y despejada anuncia sabiduría profunda, y su viva mirada irradia el espíritu, el soplo y la imagen del Creador. En su pecho se apoya, creada de él y para él, su esposa. Llena de gracia sonríe, en gozosa inocencia. ¡Imagen idílica de la primavera! En su sonrisa reposan sentimientos de amor, placidez y deleite. |
La gran obra se ha completado
25. Recitativo
RAFAEL
Y contempló Dios cuanto había creado
y vio que era bueno, y el coro celestial
celebró el final del día sexto con un canto:
y vio que era bueno, y el coro celestial
celebró el final del día sexto con un canto:
26. Chor CHOR Vollendet ist das große Werk der Schöpfer sieht's und freuet sich. Auch unsre Freud' erschalle laut! Des Herren Lob sei unser Lied! | 26. Coro CORO La gran obra se ha completado, el Creador la contempla y se regocija. ¡Que nuestro gozo resuene bien alto! ¡Que nuestro canto sea de loa al Señor! |
27. Terzett GABRIEL, URIEL Zu dir, o Herr, blickt alles auf, um Speise fleht dich alles an. Du öffnest deine Hand, gesättigt werden sie. | 27. Trío GABRIEL, URIEL Hacia Ti Señor, se elevan todas las miradas. Todos imploran de Ti su sustento. Si Tú abres tu mano, todos serán saciados. |
RAPHAEL Du wendest ab dein Angesicht: da bebet alles und erstarrt. Du nimmst den Odem weg: in Staub zerfallen sie. | RAFAEL Pero si Tú vuelves el rostro, entonces todo se estremece y enfría. Si Tú retienes el aliento, todo se convierte en polvo. |
GABRIEL, URIEL, RAPHAEL Den Odem hauchst du wieder aus und neues Leben sproßt hervor. Verjüngt ist die Gestalt der Erd' an Reiz und Kraft. | GABRIEL, URIEL, RAFAEL Si Tú infundes tu hálito, surge de nuevo la vida. Toda la tierra reverdece y de nuevo se llena de encanto y vigor. |
28. Chor CHOR Vollendet ist das große Werk, des Herren Lob sei unser Lied! Alles lobe seinen Namen, denn er allein ist hoch erhaben, Halleluja! Halleluja! | 28. Coro CORO La gran obra se ha completado. ¡Que nuestro canto sea de loa al Señor! ¡Que todos invoquen su nombre, pues sólo Él es grande. ¡Aleluya! ¡Aleluya! |
--oo00 Fin de la Segunda Parte 00oo--
Los Intépretes:
Ganador de la 1995 Premio de la Fundación Richard Tucker, el tenor Paul Groves está haciendo su camino en el mundo de la ópera. Un graduado de la Universidad Estatal de Louisiana y en la Juilliard School, su verdadero comienzo fue con jóvenes de la Metropolitan Opera de Artistas para el Desarrollo. Al no ser uno de los grandes, los tipos de heroica, su estilo y gracia en los roles líricos Groves han ganado un lugar en el grupo de élite de artistas refinados.
Además de hacer papeles principales en el Met, Groves ha presentado su repertorio de Mozart y Bel Canto en La Scala, la Ópera Estatal de Viena, la Ópera Nacional de Gales, el Festival de Salzburgo y la Orquesta de la Opera de Nueva York. En Canadá, ha aparecido con las empresas de Vancouver y Calgary, y de nuevo en los estados, de sus compromisos han incluido el Teatro de la Ópera de San Luis, y la Ópera Lírica de Boston.
Además de hacer papeles principales en el Met, Groves ha presentado su repertorio de Mozart y Bel Canto en La Scala, la Ópera Estatal de Viena, la Ópera Nacional de Gales, el Festival de Salzburgo y la Orquesta de la Opera de Nueva York. En Canadá, ha aparecido con las empresas de Vancouver y Calgary, y de nuevo en los estados, de sus compromisos han incluido el Teatro de la Ópera de San Luis, y la Ópera Lírica de Boston.
eldalai - se agradecen comentarios
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